PAISAJES DE UNA RUINA EN REVERSA: Torre della Rinalda y sus microclimas ecológicos y humanos. 

Las ruinas son contenedores que albergan diversas historias, especialmente después de ser abandonadas por los humanos, momento en el cual la naturaleza comienza a apropiarse de estas estructuras. Proponemos entender la ruina como un lugar habitable donde coexisten lo humano y lo no humano, a través de intervenciones que se posan sobre la preexistencia sin alterar su estado actual, potenciando el crecimiento de microclimas y múltiples especies. 

Presentamos tres estrategias arquitectónicas que definen el papel del proyecto en la Torre della Rinalda:

1. Conexión con la ruina: La primera estrategia consiste en conectar la ruina mediante la formalización de su aproximación desde la ciudad a través de una pasarela exterior que rodea y abraza la torre, permitiendo una relación fluida entre el paisaje natural y la edificación.

2. Recorriendo la ruina: La segunda estrategia implica la creación de elementos arquitectónicos para recorrer la ruina, como un nuevo suelo que, mediante una estructura ligera, se posa sobre la preexistencia y permite el recorrido sin perturbar el ecosistema existente. Además, se propone una nueva escalera como elemento vertical unificador que permite observar los diferentes estratos del lugar.

3. Posicionando la ruina: La tercera estrategia es la construcción de un hito vertical que, a través de una nueva escala, permite posicionar la ruina en el paisaje. Este elemento ligero se posa sobre la estructura pétrea y hermética de la torre de vigía, conformando su volumen trapezoidal y reconstituyendo su forma original. Además, se pueden instalar artefactos ligeros en esta estructura -como cerramientos e iluminación-, para generar actividades sociales en la terraza y a su vez, proteger a las especies existentes de las condiciones climáticas adversas.

Se propone un diseño abierto, replicable y modificable para el sistema costero de Torres en la ciudad de Lecce, en Puglia. Cada parte del conjunto tiene la capacidad de albergar paisajes medioambientales en su espacio, y al funcionar como un sistema, se entienden las Torres y sus ruinas como generadores de diversos ecosistemas, atractivos para la intervención humana sin alterar la vida vegetal existente. De esta manera, nuestra propuesta busca conservar y exhibir los paisajes posteriores a la ruina, revertir la idea de abandono para potenciar la apertura de estos espacios, y permitir la relación con el paisaje circundante y su contexto tanto general como específico.

Equipo: Anagramma Arquitectes (Ángela Carvajal, Sebastián López) + Sebastián Barraza.